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domingo, 7 de octubre de 2012

Todo se oscureció











Antes de una hora la quietud.

La quietud de un día normal.

Después ya no. Ya no la tarde

Ni la hora ni la luz.

Ya no el aliento leve.


El rostro descompuesto.

El corazón frío y las manos.

En efecto las manos

Ateridas un momento.

Nada más un momento.

Después ya no. Ya no la boca

Ni la palabra ni la voz.

Ya no el cielo ni la tierra.

Ya no el aire. Ya no más la luna.


Un momento.

Nada más un momento.

Después ya no. Ya no más

El gusto ni la mirada ni el tacto.

Ya nada. Nada en que esperar.


La tarde y el pensamiento.

Ya no más.


Todo se oscureció.



4 comentarios:

Gracias por asomarte a este blog de instantes

No había espacio

quería sonar como a eco de palabras sueltas como a sensaciones que se intensifican y  desaparecen  en el infinito tiempo no había espacio ni...