En
un quinto piso, alguien se crucifica
al
abrir de par en par una ventana.
Oliverio
Girondo
Abajo en la calle:
El infierno de todos los
días
Sin otro rumbo que el rumbo
De rodar hasta el fondo de
la noche.
Una mariposa blanca
Torpe de alas transparentes
Rodea el momento de otra
guerra.
Otra noche de día que
congela
El cielo y los sueños
Y la ciudad que se derrite
En el centro de lo
desconocido.
Una mano encerrada
Llena de ansiedad el pensamiento
Y lo revienta como una fruta
En el vidrio de las puertas.
En un quinto piso, alguien
se desangra
Con el crepúsculo en la
boca.
Alguien grita que le abran
el cielo
En que sueña con vivir en el
paraíso.
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