[…] la belleza, la verdad y el bien
son invenciones para mantener un orden opresivo;
lo abyecto es tan constitutivo de nuestra vida como lo
sublime
[…]
Gonzalo Aguilar
Después
de varias páginas de lectura, la mirada y el pensamiento se atoraron en el
siguiente fragmento de la novela Nefando,
de Mónica Ojeda: “El Cuco había leído en una revista femenina online el nombre de Leche de Virgen
Trimegisto. Bajo el subtítulo de “Abre tu culo y se abrirá tu mente” se
describía, con abrumadora soltura estilística, su arte como uno que giraba en
torno a lo abyecto, lo escatológico, la filosofía del horror, el performance, el cuerpo como terreno
plástico, la teoría queer, el contrasexualismo,
la postpornografía, la patafísica, el esperanto, la ultraviolencia, el teatro
de la crueldad, el pánico efímero, la transgresión, lo onírico, la
contracultura, el espacio simbólico, la distopía, los nuevos lenguajes
estéticos, para finalizar con el sintagma-enigma “entre otros””.
A continuación el pensamiento,
funcionando como una máquina registradora, comenzó a hacer la suma de los
sintagmas enunciados en el personaje de El Cuco; el resultado que obtuvo fue un archivo heteróclito con sensibilidad
hipertextual. Por otra parte, la mirada se extravió entre las zonas de los
puntos ciegos. Antes de continuar leyendo Nefando,
la marcha de los extraños se bifurcó por las rutas del sinsentido. Fue así que
el pensamiento se interesó por saber más en torno a la existencia de la
referida revista online. En su
búsqueda, la mirada se topó con varios links.
Después
de una hora, o más, de haber estado explorando en los artículos de la revista Leche de Virgen de Trimegisto, la mirada
y el pensamiento se entretuvieron con un texto que mantenía el tono de la
novela de Mónica Ojeda. Era un artículo de Óscar David López, con fecha del 28
de julio de 2014, donde se hablaba del performance:
No hay nada
tan inmediato como "hacer" ocurrir el arte, es el mismo método que un
tiempero [sic] utiliza para hacer llover. El "arte", si es que existe,
ocurre como la magia. Mi cuerpo es un canal, un medio a través del cual el
fenómeno se materializa, me fundo con él, en el microsegundo donde ocurre,
somos uno solo […]
Yo vi un
performance de Lukas Avendaño apoyado en tu texto "Pensamiento puñal"
en diciembre de 2013, y me quedé con la duda de si había una representación
anal de lo "puñal".
Por
cuestiones de múltiple respuesta, el oído tuvo necesidad de escapar del ruido
blanco, y entonces indujo al pensamiento y a la mirada para que lo acercaran a
la zona de los textos sonoros de YouTube. Allí comenzó a escuchar Maléfices de Pierre Henry. Mientras el
oído se ajustaba a la realidad misteriosa de ese texto sonoro, el pensamiento
se separó de la mirada y se interesó en la configuración del hombre viejo, y
flaco. En la imagen el hombre -que más parecía un vagabundo que un investigador
de la realidad periódica- estaba sentado en una de las mesas del rincón del
café D´Val. Acostumbraba llegar poco después del mediodía y salir luego de
pasar las horas haciendo recortes de periódico. No era uno sino una pila de
periódicos que estaban sobre la mesa, junto a un vaso de espumante chocolate
helado. Los abría en zonas específicas y, sin muchas dudas, comenzaba a
recortar lo que allí estaba publicado.
La mirada se fascinaba en las incontables
imágenes que sucedían al tiempo que el pensamiento se agitaba por el avispero
de preguntas que lo afectaban. Las preguntas tenían que ver con los recortes de
periódico que el viejo realizaba. ¿Qué había en esos textos que merecieran ser
guardados en el interior de esa bolsa de ixtle, en la que una hora antes había
servido como portaperiódicos? ¿Qué haría el viejo, posteriormente, con todos
esos recortes textuales?
En un descuido del investigador, cayó un recorte
de periódico al suelo, que decía:
Apedreada: así quedó la combi que trasladaba al presidente
De
regreso a Nefando, el pensamiento y
la mirada se abandonaron a los influjos que expresaba la virtualidad de la
siguiente pregunta: “¿Cuál era el cuerpo de su yo sumergido en el interior del sistema de un ordenador?”
Y entonces, el pensamiento exploraría...