Al
soñar liberamos algo, y a veces nos liberamos de algo.
Si
los sueños son siempre otra cosa de lo que dicen, entonces, esa otra cosa es la
que liberamos.
¿Qué
cosa es esa que liberamos?
Mejor
es dejar abierta la cuestión para que cada quien indague qué es eso que libera
cuando sueña.
Es
tal vez por esto que cuando recordamos esas breves historias de sueños
experimentamos la presencia de algo intangible.
Es algo
que se ha instalado adentro de nosotros y nos fortalece o nos debilita con toda
su presencia hecha de ausencia.
Pero
esto ocurre cuando recordamos esas partes del sueño; no así cuando despertamos
y no sabemos ni dónde estamos.
Cuando
despertamos y no traemos en el corazón ni el más breve bosquejo del sueño último, estamos en
el vacío tenebroso que nos hace presentir la cercanía de la muerte.
Es
este vacío la evidencia de eso que se ha liberado de nosotros, o también, es
eso de lo que nos hemos liberado.
Todo
está en saber descubrir la sensación que prosigue a ese vacío en el que
estuvimos tan cerca de la muerte.
Lo
cierto es que la sensación es el signo de esa cosa que liberamos al soñar.
¿Qué
es eso?
No
está aquí la respuesta.
Como decía Calderón de la Barca: "La vida es sueño y los sueños, sueños son" Un abrazo!
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