Podrían
ser los mismos zapatos, el mismo pantalón, la misma camisa.
Podría
ir en la misma calle, a la misma hora.
Podría
acostarse con la misma mujer y decirle las mismas palabras.
Podría
soñar el mismo sueño en ese mismo bosque con la misma bruma y el mismo helor y
la incertidumbre de no saber donde queda el norte ni donde el sur.
Podría
sentarse en la misma silla y comer el mismo platillo y ver por entre las mismas
cortinas las mismas ventanas del edificio de enfrente.
El mismo
edificio, los mismos colores, los mismos personajes, las mismas palabras, los
mismo gestos.
Los mismos
ruidos en la noche. Las mismas llaves las mismas cerraduras.
Las mismas
paredes. Los mismos árboles.
Pero
un día en otra hora, desbaratado el avispero de los pensamientos, con las manos apretadas bajo la sensación de los abismos, con el sudor chorreando desde la
nuca hasta los talones, parado a orillas de otro tiempo, tocaría las otras
nubes, las otras sombras.
Escucharía
otros ritmos.
Acariciaría
otra mujer, otra cara, otros labios.
Serían
otros los ojos, otras las pestañas.
Ya no
estaría en el mismo cuarto piso.
Viviría
en otro edificio, en otra calle, en otra ciudad, en otro continente.
Pensaría
con otra lengua. Meditaría con otras imágenes.
Vendrían
otros sueños. Otros miedos. Otros terrores.
Tendría
otro nombre. Otro cuerpo. Otra historia.
Tendría
otra muerte.
No sé si es tan bueno cambiar la rutina por una muerte distinta. Pero tal vez sea la mejor manera de ponernos en paz con nosotros mismos y de reconciliarnos con nuestra otra mitad. Con el reverso de la moneda que somos.
ResponderEliminarUn abrazo, Bocanegra. Feliz Navidad.
La rutina es la certeza de que estamos vivos, me parece, pues en la rutina se da la repetición, y la repetición es lo insustituible. Lo bello del arte (((entre muchas otras cosas)))es que hace posible vivir la tensión de los opuestos, y en medio de estos la experiencia del sujeto estético, que a veces coincide con el hacedor del objeto; sea éste un poema,una canción, un cuento, un cuadro o un ensayo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Blanca, y lo mismo te digo: ¡¡¡Felices fiestas y estupendo año venidero!!!
Un abrazo