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sábado, 19 de mayo de 2012

La duda












Una palabra buscaba. Un lugar donde colocar todas sus pesadillas. Con esa palabra elevaría los muros hasta más no poder. Con esa palabra haría las llaves y las cerraduras. Ni una pesadilla podría escapar del lugar de la palabra. No obstante, la duda vino, después de muchos años de búsqueda incansable, a aumentar las ansias que inundaban al hombre en horas crepusculares.



¿Y si las pesadillas continúan después de haber cerrado la última puerta de la última cerradura en que deposité todos mis esfuerzos en la palabra buscada? Pensó el hombre.







2 comentarios:

  1. La fuerza de las palabras, la magia de las palabras que pueden incluso sujetar las pesadillas.
    Un abrazo.

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  2. Un abrazo, Blanca, con todas las palabras que sujetan sueños y pesadillas.

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