Con magia
el mundo-texto estaba multiplicándose. Una serie de símbolos marcados en la fluorescencia
azulosa o amarillenta, a veces rojiza, en la superficie del texto electrónico,
podía dar entrada a lo inesperado. O también podía no ser más que el ingreso de
las ornaturas frágiles e insípidas que descolocaban lo sustancial y lo hacían desaparecer,
como cualquier bagatela en los agujeros negros del cerebro de Alguien. No obstante,
el riesgo estaba allí, en esa serie de símbolos que prometían ser fuerzas o
energías alimentadoras para el cuerpo sináptico, o para colmar el intertexto
ostensible, extendiéndolo indefinidamente por medio de quehaceres heurísticos.
Abandonarse
Alguien a vivir
durante madrugadas enteras
en la aparición y desaparición de los paisajes
de todo tipo,
abandonarse a padecer los desajustes
en que ocurren los virtuales encadenamientos
del hipertexto,
derrumbarse hasta conseguir los hastíos
que habrán de producir los vértigos de la búsqueda
subjetiva,
enfermar de babelismo y anomia mística,
llorar por el hallazgo inesperado de la humosa hebra
al sol de las siete treinta de la mañana,
reír porque el cuerpo proyecta sombra
que lo lleva hasta el extravío,
reconocer el poro abierto a la aguja
de otro día,
ofrecer la cara al espejo y olvidar Alguien
cuándo fue la última vez que oyó
Bachiana Brasileira No. 5,
silbar Alguien el inicio de esa belleza
y acabar silbando otra cosa…
durante madrugadas enteras
en la aparición y desaparición de los paisajes
de todo tipo,
abandonarse a padecer los desajustes
en que ocurren los virtuales encadenamientos
del hipertexto,
derrumbarse hasta conseguir los hastíos
que habrán de producir los vértigos de la búsqueda
subjetiva,
enfermar de babelismo y anomia mística,
llorar por el hallazgo inesperado de la humosa hebra
al sol de las siete treinta de la mañana,
reír porque el cuerpo proyecta sombra
que lo lleva hasta el extravío,
reconocer el poro abierto a la aguja
de otro día,
ofrecer la cara al espejo y olvidar Alguien
cuándo fue la última vez que oyó
Bachiana Brasileira No. 5,
silbar Alguien el inicio de esa belleza
y acabar silbando otra cosa…
Así,
hasta no saber la hora ni el día, hasta hundir las manos en la inutilidad y el
desafío de vivir sin pena ni gloria.
Olvidar Alguien el número telefónico de casa,
olvidar la fecha de nacimiento,
olvidar el nombre, su origen,
olvidar el rumbo de regreso,
perderse en el más absoluto olvido.
Callar Alguien porque ha olvidado la palabra.
No decir nada porque nada hay que decir.
Olvidar. Perderse. Callar.
Y después...
untarse en la cauda del pájaro de fuego
y caer Alguien como ceniza
en los abismos de la noche sin fin.
Olvidar Alguien el número telefónico de casa,
olvidar la fecha de nacimiento,
olvidar el nombre, su origen,
olvidar el rumbo de regreso,
perderse en el más absoluto olvido.
Callar Alguien porque ha olvidado la palabra.
No decir nada porque nada hay que decir.
Olvidar. Perderse. Callar.
Y después...
untarse en la cauda del pájaro de fuego
y caer Alguien como ceniza
en los abismos de la noche sin fin.
Regresar Alguien corriendo a beber el oxígeno
de los mares virtuales
para continuar conectado al mundo
de los artefactos y de lo evanescente.
Ver llover y no mojarse.
Caer desde lo más alto de una cima
y en el instante último despertar.
Abrir Alguien las carpetas electrónicas
y hacer sonar la maquinaria de los deberes cotidianos.
Y entre todo eso,
de vez en vez asomar el ojo
en las páginas de los libros electrónicos,
leer minicuentos,
breves ensayos
o poemas que hagan temblar los dedos…
y llorar
llorar
anonadado por tanta belleza
por tanta música
por tanta magia en el mundo.
especiales saltos a ritmos y espacios que en momentos siento interminables, con el peligro dientes pa´ dentro, como si nos tragasemos infinitos.
ResponderEliminarMe ha soprendido el delicado detenimiento en que gira y se asoman los momentos en tu peonza-texto; especiales sin lugar y con lugar a dudas.
Abrazo.
Gracias Eze,por la visita. Ya lo creo que la peonza-texto conlleva necesariamente una cuerda-lectura que hace posible el movimiento de remolinos hacia adentro o hacia afuera, sin que dejen de escuchar la música, desde luego, todos los lectores de este texto-juego.
ResponderEliminarAbrazo
...traigo
ResponderEliminarecos
de
la
tarde
callada
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
COMPARTIENDO ILUSION
BOCANEGRA
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE THE ARTIST, TITANIC SIÉNTEME DE CRIADAS Y SEÑORAS, FLOR DE PASCUA ENEMIGOS PUBLICOS HÁLITO DESAYUNO CON DIAMANTES TIFÓN PULP FICTION, ESTALLIDO MAMMA MIA,JEAN EYRE , TOQUE DE CANELA, STAR WARS,
José
Ramón...
Seas bienvenido, José Ramón, a Instantario, y ya estaré leyendo las ilusiones que presentas en tu dos blogs.
ResponderEliminarSaludos