Despellejar el ego en un gesto de abierta alegría.
Desvelar el rostro, la carne.
Hacer del yo todo el juego de los sujetos sin historia.
Romper la puerta que separa el adentro de todos ellos.
Ingresar en el corazón y hacer llover la sangre entera
de los sueños,
y establecer una nueva escena
con todos los actores llevándose lo nuestro,
lo de ellos; hasta convertirlo en polvo de otras carnes
desveladas.
con todos los actores llevándose lo nuestro,
lo de ellos; hasta convertirlo en polvo de otras carnes
desveladas.
Una entrada preciosa :)
ResponderEliminarGracias, Irina, por tu apreciación.
ResponderEliminarSaludos
Bells entrada dedicada a algo tan difícil de gestionar como el ego.. besos
ResponderEliminarGracias, amiga, por tu delicado comentario.
EliminarUn abrazo
Delicado el golpe contundente!
ResponderEliminarGracias, Eze, has puesto el corazón en el golpe, es todo.
Eliminar"Hacer llover la sangre entera de los sueños...", qué hermoso.
ResponderEliminarBss
Gracias, Blanca. Tu lectura es punta fina.
EliminarAbrazos