Después de quince minutos
de entrar y de vagar por los corredores del FB,
como otras veces, me surge la necesidad de encontrar
en el blog la paz, la quietud y la añoranza
de otros mundos posibles.
Es aquí donde el silencio,
a veces acariciado por alguna música,
me hace pensar en todo lo que se esconde
detrás de una ventana.
Sobre todo cuando se mira a uno de los balcones
del edificio de enfrente,
poco antes del amanecer,
poco antes de dar el último trago
al café,
poco antes de que el sol salga y entre
a la realidad donde ni mis ojos
ni mis pensamientos alcazan
para comprender
la vida de tantos seres en el mundo.
El mundo... el mundo
que ha ido perdiendo tanta belleza natural.
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Gracias por asomarte a este blog de instantes