En la soledad del silencio, las palabras que untan el cuerpo
no tienen caminos definidos, ni rutas, ni cielos, ni otros árboles
que permitan experimentar un campo abierto.
Es una soledad sin luz
sin sol
sin luna
sin tiempo.
Es un silencio que hace el milagro
de saber sobre cosas tan cotidianas
como el hablar que un sonido cruzando la garganta
es más que un sonido.
Es una palabra que hace pensar en la oscuridad
del desconocimiento;
es una palabra que hace sentir la presencia
de un infinito pasado.
Es una palabra que se atora detrás de los dientes
y no hay saliva que pruebe una imagen de fruta
una imagen de voz
una imagen que asegure que hay otro
saliendo al encuentro de una idea
o de una historia que se pueda escribir sola
en el silencio de la soledad y
en la garganta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por asomarte a este blog de instantes