No había espacio para el no
Ni tiempo para soltarlo de repente.
Demasiado mundo estaba oyendo
El rumor de los cuerpos en la superficie
Demasiado cielo se iba oscureciendo
Para detener la tormenta
que sin falta alcanzaría a cubrirlo todo.
Todo ocurre en un instante, aunque no lo comprendamos todo, incluyendo el instante mismo. Bocanegra
¿Debo apagar los ojos para desterrar el deseo? ¿Debo cerrar los oídos para no escuchar los ecos de la noche? ¿Debo reventar mis labios para...
A veces no se puede detener la tormenta pero sí refugiarse :)
ResponderEliminarAbrazos.
En efecto. Hay que saber dirigirse a las zonas de refugio.
ResponderEliminarAbrazos