El hombre es dios cuando sueña,
Y apenas un mendigo cuando piensa.
Dicen
que escribió Hölderlin
Cuestionó
la premisa que hablaba de todos los hombres son mortales.
Si esto
fuera sólo así –dijo-, vivir no tendría más que un sentido.
No
lo acepto. Para mi la vida es más que un silogismo,
y tanto como un poema de Vallejo.
Ya no dijo más. Calló y se fue a beber y a
fumar.
Es verdad
que dos más dos son cuatro; pero tampoco importa mucho.
Hay compases
menos enteros, con los que se ha hecho música inolvidable.
No menos
ha sucedido con ciertos seres nerviosos
en absoluto enteros para soportar el griterío de los mercados.
La
cuestión es hasta cuándo la memoria será la última que abandone mi cielo.
Hasta cuándo el rumor de las máquinas cederá.
Ya no silencio en el poema y en el canto será sólo eso.
Que otro rostro, que otro lenguaje, que otro ritmo, que otras realidades
Mientras tanto: desesperar y olvido
que hubo una vez misterio en /
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