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sábado, 9 de mayo de 2015

Antes que acabe el cielo






El hombre es dios cuando sueña,
Y apenas un mendigo cuando piensa.
Dicen que escribió Hölderlin


Cuestionó la premisa que hablaba de todos los hombres son mortales.

Si esto fuera sólo así –dijo-, vivir no tendría más que un sentido.

No lo acepto. Para mi la vida es más que un silogismo,
y tanto como un poema de Vallejo.

Ya no dijo más. Calló y se fue a beber y a fumar.

Es verdad que dos más dos son cuatro; pero tampoco importa mucho.

Hay compases menos enteros, con los que se ha hecho música inolvidable.

No menos ha sucedido con ciertos seres nerviosos 
en absoluto enteros para soportar el griterío de los mercados.

La cuestión es hasta cuándo la memoria será la última que abandone mi cielo.

Hasta cuándo el rumor de las máquinas cederá.

Ya no silencio en el poema y en el canto será sólo eso.

Que otro rostro, que otro lenguaje, que otro ritmo, que otras realidades

Mientras tanto: desesperar y olvido 

que hubo una vez misterio en /





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