en el cadáver exquisito
quedaron atrapados varios
en el sentido del sinsentido
rodaron sus risas
como un rosario de piedras preciosas
en las escaleras de la mente
un aire helado se filtró
donde los talleristas miraban
en el silencio de un ventanal de noche
allí encontraron los restos
de una risa congelada
algunos elevaron las manos
para ajustar el cuello de la gabardina
inútil fue hacer ese gesto
el frío permanecería
la risa congelada permanecería
como un pensamiento cayendo
en otros escalones lejos de la mente
permanecería el silencio
y la noche en la ventana enorme de la vida
permanecería
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Gracias por asomarte a este blog de instantes