Y con el viaje llegó el desconcierto
Entró la frialdad por los labios secos de sueño
No había sombra que protegiera
No había palabras que corrieran las cortinas de las ventanas
El ardor de los ojos en el desconcierto
era como un sueño que parecía hecho de realidad
Era un sueño
Un estar lejos de todo el mundo
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Gracias por asomarte a este blog de instantes