Hay quienes hablan y escriben
-como navegando en mares.
Sus naves discursivas orientan las energías a la recuperación
de inmensas cantidades de datos
-como continentes en mapas de cuero viejo.
Me pregunto si en una palabra
cabe un océano;
si en una sílaba pueden anidar
las dudas de quien despierta de un sueño.
Creo que lo cierto es el deseo
de eso que acaba evaporándose.
Un color en la garganta
Una risa que cae de las pestañas
Una mueca de palabras enlodadas.
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Gracias por asomarte a este blog de instantes