¿Fueron
tus párpados maquillados
o eran
las señales de una enfermedad intratable;
eso
que estaba ahí como una mancha lívida
palpebral?
La
respuesta fueron tus manos
que
empezaron a apretar alrededor del cuello,
y tu
voz que decía:
ya estás muerto
ya estás muerto
Lo
dijiste sin levantar la voz / como en un susurro.
Alguien
te levantó,
te
quitó las manos de mi cuello.
Alguien
te hizo llorar y gritar
furiosamente.
Alguien
te amenazó diciendo:
Si no lo matas, te quitaré el sueño para
siempre.
Caíste
cansada y triste,
llenas
de silencio tus manos y tu boca;
cerraste
los ojos
con el
cuerpo encima de un charco de luz amarillenta.
Se acabó el sueño / el soñar despierta
musitaste.
Muy bueno el texto y los Kilimanjaro, geniales, tienen un punto turbador que me encanta. Estuvieron en mi ciudad hace unos años..
ResponderEliminarMuy buena entrada, amigo!!