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sábado, 17 de diciembre de 2011

Con Lezguievo Znhada



“Es ininteligible lo que me has entregado. No está claro el género. Esto ya no es posible publicar. Hay demasiado enredo en el mundo de las letras como para añadirle este cuerpo amorfo de palabras hilvanadas al socaire”.
     Tras escuchar esto, le pregunté a Lezguievo Znhada:
     -¿No estarás exagerando, Lezguievo? ¿Fue así, en verdad, con tal contundencia como te lo dijo el director de Blue Sound?
     -Literalmente así fue, Bocanegra. Mis exageraciones no las suelo poner en tales cosas. Te cuento esto porque así fue como me devolvió el manuscrito Mr. Sánchez Olmos. Esas fueron sus palabras, tal como te las acabo de citar.
     -¡Terrible, Lezguievo, saber que te han rechazado ese texto tuyo! Lo peor fue que yo te convencí para que lo presentaras en esa revista que yo creía open cultural mind. Cuando leí tu ensayo, me pareció tan diferente a lo que había estado leyendo, tan singular, que pensé que sin duda te lo publicarían en Blue Sound.  Pero bueno: portadas vemos,  ideologías no sabemos.
     Enseguida, como ocurría con nuestras habituales charlas, continuamos un rato abandonados al blanco ruido de las voces que había en el café, mirando a los singulares personajes de esa zona de Austin que entraban y salían, meditando cada cual en lo que se mostraba interiormente. Era como si en la suspensión de nuestras palabras halláramos, en ese preciso momento, el lugar desde el cual se podía admirar el mundo de las horas sin historia ni crónica ni documento que las registrara en toda su vitalidad. Mundo inexistente para el mundo de los mass media. Mundo de un mundo sin explorar realmente ni por la academia ni por nadie.
     Después de tal paréntesis, Lezguievo comenzó a decir:
     -Pero tampoco es como para ponernos lúgubres, Bocanegra. Te lo he querido comentar para que sepas de qué va la revista esa; por aquello de que si vas a proponer algo tuyo, sepas dónde estarías metiendo las cosas por las que has tenido que pasarte la noche entera modelando hasta el amanecer. Cosas verdaderamente importantes para ti. Son las cosas tuyas de tu vida.
     Después de oirle decir esto a Lezguievo Znhada, me propuse escribir un cuento en torno a su manera particular de decir sus pensamientos, y entonces se me ocurrió hacerle una pregunta -con la intención de que la extendiera en los terrenos académicos en que laboraba: psicología social.
     Imposible dejar de mencionar que Lezguievo Znhada, además de trabajar como profesor universitario, es poeta y es un exiliado desde hace varios años en Austin. Al igual que yo, es un transterrado de vida bifronte: académico diurno y creativo nocturno.
     -Oye, Lez –dije con el hipocorístico familiar que utilizaba para convencerlo de algo-, quiero hacerte una pregunta que traigo en el paladar desde hace varias semanas –y entonces interrogué: -¿Qué cosas son las que más tiempo ocupan tu pensamiento?
     Lezguievo Znhada se me quedó mirando como quien acaba de despertar de un sueño largo, con la mirada propia de los sonámbulos. Después de un minuto de silencio se quitó las gafas de cristales gruesos, acomodó con dos dedos los pelos grises de las cejas que se habían enredado  en las pestañas, y luego, sin devolver definición ni concentración a su mirada (es estrábico y miope en grado superlativo), con las gafas flotando en una mano y dejándome abismar en la acuosidad verduzca que había entre sus párpados enrojecidos, debajo de  los cuales había dos esféricas manchas verdes bailando y esquinándose, como si el mundo para ver estuviera a los lados de la cara, habló:
     -Lo siento, Bocanegra, pero no acabo de comprender tu pregunta. ¿Podrías aclarar mejor lo que quieres saber?
     -Bueno, antes de aclarar la cuestión, me parece conveniente darte a conocer cómo fue que nació esa pregunta. Desde hace tiempo me trae colgado la idea de saber lo que sucede en la mente de los otros, sobre todo cuando no están dormidos. Me gustaría conocer qué es lo que verdaderamente sucede en su pensamiento mientras trabajan, mientras comen, mientras hablan, mientras everything… Desde luego que hacer una pregunta directa al corazón de un desconocido, con la cual uno pretende hurgar en lo más íntimo, sería exponerse a que te escupan la cara, a que se rían de ti o a que, en el mejor de los casos, te ignoren o te tilden de idiota. En fin, Lez, que me interesa conocer qué cosas carga un poeta como tú en el magín la mayor parte del día. Pensé que sería interesante saber cómo vives en tu inconsciencia.
     -De acuerdo con lo que has dicho, Bocanegra, me has puesto el rifle en las manos; sea para dispararte a ti o para ponerme el cañon debajo de la barbilla y jalar el gatillo ante tus enigmáticos propósitos. No olvides que, además de poeta, soy psícologo, especializado en el campo de la psicología social. Oyendo cómo has planteado tu preocupación, me haces que piense en la posibilidad de colocarte en una de las casillas que tienen que ver con un determinado grupo social.  Pero preferiría no hacerlo. Mejor es que sigas ocupando la carpeta amarilla donde guardo los mejores amigos. Sin embargo, volviendo a la cuestión que me lanzaste, te confieso que es muy interesante, sobre todo para quienes gustamos de explorar en la mente social. Por lo tanto, my friend, preferiría no contestarte dicha pregunta. No obstante, me gustaría apropiármela para iniciar un documento de exploración. ¿Te molestaría si me quedo con tu idea?
     Le dije que no me importaba, y añadí:
     -¿Podrías decirme en cuál zona implementarás dicha cuestión de trabajo?
  -Bueno, sería utilizada junto con otras interrogantes de exploración en dos grandes colectivos. Uno sería el de los estudiantes que están a un paso de graduarse del college, y el otro colectivo sería el de jóvenes que se han graduado del college pero que están sin empleo…
     Continuó explicando más cosas sobre uno y otro colectivo, pero no tiene mucho sentido poner aquí los detalles con los que Lezguievo expuso en términos psicosociales.
     Finalmente, sin que me lo esperara, Lezguievo lanzó la cuestión siguiente:
     -Y tú, Bocanegra, ¿podrías decirme qué cosas son las que más tiempo ocupan tu pensamiento?
     O sea que my friend decidió apuntar con el rifle y disparar la misma bala en menos de una hora. Pero entonces yo, usando el mismo chaleco antibalas, aunque sin el estilo que había usado y que me hizo acordar de Bartleby the Scrivener, reaccioné:
     -Te lo diré hasta que me des a conocer los resultados de tu documento de trabajo. Mientras tanto, hablemos de libros y otras ondas.
     Hablamos de la poesía de Alejandra Pizarnik así como de sus diarios, y de otros poetas que no han recibido premios ni distinciones pero que han escrito cosas tan auténticas y tan originales como han de ser los  poemas de los outsiders.
     Después de varios cafés sin pastelitos ni tabaco negro, apenas alternados con algunos tragos de agua clara, Lezguievo Znhada prometió entregarme un texto poético para publicarlo en Instantario.
     Ya estará dándomelo en un tiempo indefinido. Con Lezguievo Znhada es imposible saber cuándo te muestra o te deja leer sus últimos cantos nocturnos; en él no existe ni nunca ha existido la prisa de publicar nada suyo, de hecho, ni siquiera se ha interesado en hacer un blog para enseñar sus textos poéticos. Alguna vez le propuse que lleváramos un blog juntos, pero su respuesta fue: my friend, I would prefer to be an invisible being.


(((Estimado lectorio, Bocanegra dejará de alimentar el Instantario por dos semanas. Si los dioses le siguen dando un poco de sus sueños, este blog continuará el próximo 2012.  ¡¡¡¡¡¡Felices fiestas a todos los que se han asomado en estos renglones de Instantario!!!!!!)))

3 comentarios:

  1. Curioso el señor Znhada. Me ha gustado la historia. Feliz Navidad, Bocanegra. Que los dioses te sean propicios el nuevo año.
    Un abrazo.

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  2. Me ha intrigado mucho tu pregunta, pero he decidido no hacérmela a mi misma, no estoy segura de que me gustara la respuesta.

    Acabo de caer por tu blog y creo que repetiré de vez en cuando.

    Un saludo.

    Ana

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  3. Hola, Ana; gracias por tu visita. Ya lo creo que se trata de una pregunta fuerte y directa al corazón. Es una pregunta que se dirige a lo más íntimo de nosotros. Pero vale la pena responderla, sin que esto signifique que otros oídos lo sepan.

    Bienvenida todas las veces que llegues a este intsntario.

    Feliz año 2012

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Gracias por asomarte a este blog de instantes

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