I
Es una horizontal
De madera
Y sobre ella la carne
De dos piernas que yacen
Sobre un triángulo
Perfecto de sombra y de espera
Que se aprieta con el parpadeo.
II
Va y ven la boca
Verdad triste
Verdad obscura:
Me nacieron más orillas
En el corazón.
III
Su cara en el pecho del muchacho:
Tal vez, olor tibio a yerbas y tierra.
Los labios de ella se abren y sueltan
Tal vez, el silencio de unos sueños.
Es de noche: perfecta madrugada.
Luna entera y pausado ritmo en la garganta.
Respiración de calma y sombra.
Luego sucede que las nalgas
De ella, naturalmente,
Son alegria rodando
En la silueta inerte
De los huecos que se abren
Para los besos del muchacho
Y la muchacha durmiendo
En la perfecta madrugada.
IV
Sensación de extrañamiento:
Cuerpo que se dobla
Sobre las invisibles formas
De otro mundo.
V
Dicha pasajera
Que se escurre en las paredes
De cristal.
Sonrisa ahogada en un rictus
De tarde.
VI
Cuerpo que ignora las palabras:
Papel arrugado
En los puños del silencio.
VII
Grito:
Un solo instante
Y el eco atorándose
Entre lágrimas de noche.
Me gusta este poema, tus versos tienen fuerza y encanto.
ResponderEliminarSiempre es un placer leerte.
Gracias, Carlos. Ocurre que veces la palabra me jala por el rumbo de la libertad plena.
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