En casa se formó un harén:
todas ellas artistas de la palabra
del pensamiento y del sueño.
El cuerpo de ellas no podía ser tocado;
sólo imaginado.
Nadie podrá verlas nunca;
sólo podrán ser escuchadas
percibidas en sueños
y en pensamientos inesperados.
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Gracias por asomarte a este blog de instantes