Me
ha llegado una carta del tío Julio. Dice
que se le ha muerto el coraje de salir vestido con las ropas de la elegancia de
otros tiempos. “Salir se me ha vuelto innecesario, Martín. Por el contrario, entrar en los maravillosos laberintos de la internet se me ha vuelto una obsesión. No tengo ya necesidad de ir al teatro y
de estar mostrando mis debilidades y el desquiciamiento que me ha nacido desde que murió Leonora (su hermana ballerina, la menor de todos los hermanos de mi padre, quien fue víctima de un secuestro y, posteriormente, ejecutada con saña y tirada en una bolsa negra)”.
Me cuenta que ya no habla con Hilda, su mujer de mucho años, a quien visitaba
todos los domingos en su departamento de la Colonia Americana, para tratar
distintos asuntos de interés mutuo. “Se me han muerto las palabras”, ha escrito
el tío, “y ya no tengo la fortaleza para seguir mintiendo. En mi cabeza las puertas
en que se accedía a los paisajes y a los escenarios del amor se han caído ya de viejas. Mis
manos tiemblan y el mirar ha perdido la plenitud de las transparencias en el mundo. Mundo más cruel y sanguinario que nunca, el de acá donde estoy muriendo”.
Después de todo lo dicho, el tío Julio me ha llevado a ver y escuchar lo siguiente:
Después de todo lo dicho, el tío Julio me ha llevado a ver y escuchar lo siguiente:
Debajo
del link, en lugar de palabras, reventó el fragmento con un bombazo de manchas realizadas mediante pinceles electrónicos, y al final de esta explosión caósmica liberada sobre la poética del
manchismo y el garabato, terminó el tío Julio avisándome que, tras de su muerte: “que será en pocos meses”,
vaya a Guadalajara a reclamar lo que me ha dejado en carta testamentaria.
Su despedida, como
todas sus despedidas, está llena de ternura.
PD. Cuando más solo me he sentido, más cierta ha sido la experiencia de encontrarme en los infinitos poros del vacío. Ojalá que cuando escribes todas esas locuras en el Instantario, experimentes realmente el caos que precede a toda creación. Si esto no te sucede, entonces lo mejor sería que te dedicaras al no hacer de los taoistas.
Hasta pronto,
Hasta pronto,
el tío Julio
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Gracias por asomarte a este blog de instantes