Casi estaba resuelto el enigma,
casi podía experimentar el escozor
de los animalejos enloquecidos
corriendo a saltos por rumbos capilares,
y el grito de tocarlo todo, todo,
en ese instante supremo que deviene,
poco antes del minuto veinte,
cuando se derrumba la vigilia
y aparece el sueño.
Fue una hora de brisa
cobijando espera sin saberlo,
apenas presentimiento, pulso apenas,
como adentro de un párpado herido,
despegado al filo de la sombra,
temblando a fuerza por resolver enigmas
en el sueño que se fingía eterno.
Muy orgánico y dinámico, con los pies en tierra, me gusta.
ResponderEliminarInteresante tu observación, i-La que canta con Lobos. Gracias por tu atenta lectura.
ResponderEliminarAbrazos
Me gusta, la sensatez en forma de sueño, ¿existe? Si lo he entendido bien, creo que sí. Me sorprende lo que me está gustando leer poesía últimamente.
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