Buscar este blog

sábado, 28 de diciembre de 2024

Viviendo y muriendo


hay que saludar al fantasma que acompaña todo el tiempo y en tantos lugares

hay que decirle que la vida continúa a pesar de tantas amenazas de guerra y de hambre

hay que hablar en silencio para que mejor escuche el fantasma

al fantasma no le gustan los gritos ni las frases vitriólicas

mucho menos cuando estamos cerca de que acabe otro año

acabará el año pero la vida no

también la muerte acompañará al fantasma en sus horas de falsa eternidad

el fantasma va a un costado de mi sombra

toca con su atención mis abismos de tristeza

el fantasma sabe más que yo cuándo voy y a dónde

incluso, sabe cuándo debo detenerme

y cuándo dejar de hacer

el fantasma me ha sacado de las sábanas y me ha sugerido

saludar a otros fantasmas

y aquí estoy

saludando a otros fantasmas

dejándoles un poco del sueño que se me escapa

un sueño que es estar contento de vivir en el caos divino

sin explicación alguna

sin orden ni lógica

estar con el fantasma de la existencia que me palpa 

con todo el silencio

dentro de la incomprensible realidad 

que es estar aquí 

viviendo y muriendo con cada instante 


) (

( )

[ ]

?

jueves, 5 de diciembre de 2024

Soledad en materia negra

 


Aquí no es la Tierra. Aquí estamos en Marte de manera virtual. 

Aquí no hay calles ni cines ni farmacias ni escuelas ni clubes ni parques ni 

museos ni bibliotecas ni nada que recuerde un día, una época, una historia, 

un mito.

Aquí estamos en la mayor soledad.  

Aquí, es saber un lenguaje que es tanto como poseer una cosa inservible o inútil. 

Es tanto como no saber qué hacer; como saber no hacer nada. 

Saber inútil este lenguaje aquí, en Marte, con el que crecimos allá: en la Tierra.

Aquí no hay realidad semejante a la que percibimos en la Tierra. 

Aquí no hay libros ni murales ni automóviles ni computadoras ni aviones ni 

cohetes espaciales ni teatros para escenificar tragedias ni comedias 

ni orquestas que escuchar ni pianos ni conciertos de música electrónica para 

alucinar ni sinfonías ni blogs ni nada que nos distraiga ni nos haga saber quiénes

somos en este océano de materia negra.

Saber que ambos son planetas de un mismo sistema solar, es nada más que 

escuchar la misma canción que nos cantaron desde que éramos unos críos.

Aquí estamos en otra órbita, en otro clima y en otro génesis; distinto y distante de 

aquél donde se conocieron Adán y Eva.

Aquí es imposible que puedan existir otros seres memorables.

Aquí estamos, más solos que insectos en aquellas 

piedras que jamás tocamos con nuestra sombra 

en la Tierra








Entre sonidos, palabras y un viento de madrugada

    No siempre sé qué es lo que escribí, ni sobre qué escribí. Sólo me doy cuenta que ya está escrito. Y lo leo. Y a veces comprendo qué es ...