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miércoles, 3 de febrero de 2021

En manos de la bestia



No quería que lo viéramos, y por eso mantenía oculto el rostro en el beso con que aprisionaba a la muchacha. La mano, como la de un gigante, rodeaba con fuerza el cuello de ella. 

Era como si la bestia deseara comerse a la bella.





 

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