
No hablo
de los átomos,
Ni siquiera
como esdrújula.
Pienso
que sería grave
Desbaratarme
en las ruinas
De una
historia jamás contada.
No hablo
de los números,
Ni siquiera
como imagen.
Es cierto
que sé la hora
Y la
fecha en que aprieto,
Como
ahora, los ojos
Y los
labios en tu oreja izquierda.
No hablo
de que estoy despierto
Y que
sueño acostado en esta tarde.
Es raro
que me acuerde, en un instante,
Del tatuaje
que había en la barriga del cadáver.
Es raro
que tu menciones Advokat Bjurman
Y yo
piense en Salander.
Ya
lo sabes:
Es una
serie de cuatro veces la misma palabra,
Y luego
otra, única, como contra imagen,
Como
engarce, como huella de que hubo,
Entre
tus dedos, el ala de mariposa monarca.
No hablo
de tu cuerpo
Ni del
nombre que te dieron.
Pienso
que sería grave
Dejarlo
todo en manos de los dioses.
Ya lo
he dicho,
Pero
hubiera sido mejor callarlo.
Callarlo
Callarlo
Callarlo
. .
.