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domingo, 21 de junio de 2015

Esperanza de niños rota







La muerte estaba entre la metáfora y la línea

Precisa de la palabra tumba.

En la boca del cenicero se mostraba

El aliento espeso del jamás volver.

Sudó el poeta en la amarga piel de toda su figura

Sin más fuerza que un recuerdo de horas

Y de música acariciada en el misterio.

Sabía de los instantes que punzaron

Como astillas de acero en el oscuro,

Callado círculo de su pecho.

Enfermo de vida, guardó lo que al final sería

Polvo de palabras, sueños de ceniza,


Esperanza de niños rota en las mañanas 

Lejos.



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