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martes, 22 de marzo de 2016

Entre rumores






De la razón a la sinrazón, o bien, la razón que la sinrazón… después llega el sentido del sinsentido. Aberturas que el lenguaje genera, y el pensamiento ensimismado que no deja de pintar, en la grisura del paisaje, formas de naturaleza no siempre muerta pero sí muy cercanas al virtuosismo de las ideas plenas, y hasta planas.

Abrimos los libros y la realidad se transforma en algo que se embarra en los conos donde la mirada se aprecia microcósmica: Un decir que se vuelve báscula, un señalar que se resuelve en justicia momentánea.

            Del poema queda el silencio raspando en las vértebras que sostienen y dan forma a la otra palabra. Aquella palabra que no sucede con la premura en que los teóricos bailan y enjugan los sudores, y luego alzan el pañuelo para publicar todo lo asimilado.

            Asusta tanta información dispuesta en las corrientes del aire. Los ojos se irritan, las bocas se llenan de corroyente hálito, y no hay garganta que indolente trague las estancadas aguas de esa historia vieja: el lobo hablando del hombre.

            Ya nada queda limpio para el fantasma que otrora divagaba ajeno a las formas del vivir tranquilo. Adonde vaya se atora en el cúmulo hecho por el despilfarro, y el ruido. Ni el peso más leve de la hormiga asegura que ha estado en la faena más gloriosa del hacer callado.

            Excesivo se ha vuelto todo hasta ahogar el sueño, suave sueño que se avisaba en el deseo de lograr un poco.


Nada mejor que acurrucarse en los rumores de la noche, aún en pleno día.



sábado, 12 de marzo de 2016

Del lado de acá







Hay muchos soles y pocas lunas
Pero hay menos exploración
Del lado oscuro de las lunas.

Es un peligro de muerte aguardando
Con pulsos descontrolados.
Es un saber que la muerte enseña
Callada, dolorosa muerte en las ventanas.

Nada cierto como la angustia
De respirar con la sombra tirada por los soles.
Nada más aturdido
Con los ojos de los soles explorando
Y con el ruido de las aves agoreras.

Hay menos lunas de este lado,
Y casi nadie en el umbral.
Nadie para extender el brazo y arrebatar
La llave maestra que la muerte esconde
Muy del lado de acá, muy del lado espeso
De las noches y de las ventanas rotas
Por los tantos soles.



No había espacio

quería sonar como a eco de palabras sueltas como a sensaciones que se intensifican y  desaparecen  en el infinito tiempo no había espacio ni...