A la memoria del maestro
poeta
Enrique Fierro
Debe
ser noche tibia
Noche
de mayo en Austin.
Debe
ser una hora,
Como
la de siempre,
Como
la de cada noche,
Y tú
ya sin más dolor,
Sin más
preguntas al silencio,
Sin más
versos breves entre tanto ruido.
Ya no
tendrás que arrastrar la sombra / tu sombra
Para
llegar
Para
ir
Para
entrar
Para
salir.
Ya no
tendrás que detenerte a beber el aire.
Ya no
te verán más nunca entre los ventanales
Ni callarás
más desánimos abajo de tu eterna barba.
Debe
ser noche tibia en Austin,
Noche
21 de mayo en soledad.
¿A qué
horas fue que te olvidaste de todos los muertos
De todos
los vivos que te recordaremos siempre,
Amigo,
maestro, poeta Enrique Fierro?
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