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miércoles, 18 de mayo de 2016

Nadie supo nada






TU VIDA ESTÁ EN VENTA.
LLAMA A LA TELE Y CUÉNTALA.

Henning Mankell: Antes de que hiele


Estaba en el largo sillón de la sala, sobre una mancha de sangre, con el cuello abierto y algunos coágulos en la garganta. Del estereofónico escapaba incierta música, agrietada con interferencias provenientes de diferentes pistas, con estilos musicales muy diferentes. Podía decirse que eran mezclas duras.
Era una tarde lluviosa.

            Nadie había oído nada.  Nadie supo nada. Sólo la muerte, que estaba mirando a través de los ojos del suicida, cuidaba que las moscas no se adentraran en la herida.


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