Equivocado
yo
Entuerto
de un día y otro día
También
Más acá
que la luz solar.
Insatisfecho
yo
Cerrado
al aire fresco
De las
mañanas al roce
En
descubrir.
Enfermo
yo
Adherido
por miasmas insufribles
Sin lugares
vacíos para vivir
Sin vacilar.
Un lenguaje
que no exhiba /
Impúdico
y libre de toda reserva
Dispuesto
en apagar los fatuos fuegos
Y volver,
volver a estar
Con el
cuerpo que da sombra y calor.
La poesía de la ausencia, del agridulce dolor...
ResponderEliminarMe ha encantado tu comentario, queridísima Paty.
ResponderEliminarCómo sabemos si estamos equivocados?
ResponderEliminarSin duda genera un efecto...deja un hueco..ayy..con que intensidad remueves..