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sábado, 17 de enero de 2015

Diálogo breve







Fue un diálogo breve, crepuscular. Leonora había hablado con las palabras justas, respondiendo así a cada una de las preguntas que le hubo formulado Alejandro. Éste, después de meses de haber estado hundido por las frecuentes pesadillas que se le habían aparecido, no acababa de entender, o mejor, de comprender todo lo que había sido modificado entre él y Leonora.

            ¿Cuánto tiempo duró el diálogo entre ambos amantes? Es posible que diez minutos. Tiempo suficiente para que alguien muera debajo del agua, o también, tiempo suficiente para terminar una relación que había sido vivida por casi quince años.

            Las últimas palabras de Leonora fueron: “Nunca cumpliste ni una sola de tus promesas. Me siento completamente estafada. Yo no podría vivir sintiéndome así ni un día más.”

            “Pero tú sabes que siempre lo intenté. Siempre quise hacerte feliz”, se defendió Alejandro.

            Leonora levantó las manos y las dejó estar sobre su cara. Tal vez Alejandro esperaba que el cuerpo de ella comenzaría a estremecerse con todos los resuellos que vienen con el llanto. Lo cierto es que Leonora estuvo con el rostro cubierto hasta que el hastío ya no le permitió seguir viendo y recordando todas esas imágenes en que aparecía Alejandro. Dobló el cuerpo e hizo descansar la barbilla en las rodillas. Era así como poco a poco podía ir recuperando los equilibrios y la calma, necesarios para ahuyentar el asco y las aciduleces que anteceden al vómito.

            El cielo había oscurecido completamente. Alejandro abandonó el sillón en que había estado sentado mirando hacia afuera de la habitación y fue a colocarse ante la ventana; encendió un cigarrillo e hizo lo que mejor sabía hacer: abandonarse a los ritmos del pensamiento y de la ensoñación.


            Entre la bruma y el estallamiento de varios ruidos que ocurrieron allá afuera, Leonora abandonó sigilosamente la habitación. Alejandro recargó el cuerpo en el filo de la ventana y encendió otro cigarrillo.  


3 comentarios:

  1. Siempre sorprendente, amigo. Un curioso diálogo, breve y hasta familiar..
    besos

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  2. Gracias, querida amiga. Como siempre, tan generosa para con esta fantasmal existencia.

    Abrazos

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  3. Ay la existencia...tengo especial querencia por los textos que expresan esa inquietud, y tú lo haces de maravilla. No dejes de profundizar en ella y así iluminarme..
    Gracias..y abrazos por igual

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