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lunes, 22 de diciembre de 2014

Entradas y salidas





Tres vías, de entrada. Tres rutas probables para ensayar ante esa figura que se ha hecho cuestionable, o si se prefiere, que ha sido convertida en figura de malas –aunque ricas- interpretaciones.  Estoy pensando en el ser que se asume como artista.

Al hablar de rutas lo propongo con la intención de insinuar más una cierta dirección que un camino, más un proceso y procedimiento que un producto. Cualquier pretexto o aclaración circunlocutoria sería como sacrificar inútilemente este espacio y este tiempo de lectores –alucinados para mi gusto espectral.

          Primera ruta: existen los artistas que crean creyendo –convencidos- en la existencia de la primera vez. En este sentido, bien podría pensarse en un plano de inmanencia, al modo conceptual en que lo plantearon Gilles Deleuze y Felix Guattari (¿Qué es la filosofía?)  Creencia propia de una época o de una edad alimentada con la idea de la posibilidad de hacer lo nunca antes visto, lo nunca antes tocado, lo nunca antes pensado, lo nunca antes imaginado ni vivido. ¿Idea esta reprobable o inadmisible? Más bien idea cebada principalmente por relativismos de toda especie y tesitura.

¿Cómo podríamos estar completamente seguros de que estamos ante un objeto de creación, en el que se quiere situar por primera vez la aparición de una obra tal?

          Segunda ruta: existen los artistas que recrean sabiendo y reconociendo las variaciones que virtualmente existen en otras obras estéticas. Son artistas que asumen la sentencia bíblica de que nada hay nuevo bajo el sol. Desde un punto de vista histórico, son artistas que producen esa clase de obras en las que los críticos y los analistas se sienten como pez bajo el agua; son estos quienes descubren en ellas los precedentes y ponderan hasta qué punto han logrado tales artistas “explotar” la riqueza de las obras –en su mayoría de las llamadas obras clásicas.

Con todo el riesgo atado a las grandes dudas, puedo decir que esta segunda ruta es la más atendida por los artistas así como por los consumidores de arte. Son obras de autores que buscan atesorar –supongo- la liebre y despellejar el gato para beneficio de coleccionistas y marchantes. De recorrer todo el itinerario que exige esta segunda dirección, llevaría un trabajo de enciclopedistas, o cuando menos, toda una serie ad infinitum de volúmenes atendidos por la crítica y por los hacedores de historia docu- monumental.

En esta época enredada y extraviada en los babélicos laberintos del up-in-out sin precedentes claramente controlables ¿a quién realmente le importaría hacer y consumir una obra de vastas dimensiones?

          Tercera dirección: artistas que en absoluto les importa que se los identifique como tales, antes bien, desconfían de las voces que se autoproclaman autorizadas para decidir lo que es y lo que no es arte; por lo tanto, de asegurar quienes son y quienes  no son artistas. Son personajes cuyo hacer radica, sobre todo, en la destrucción de formas y modelos, de valores y conceptos de cuño añejo. Sus obras de destrucción poseen la ambigüedad necesaria para sobrevivir a la sombra de lo intocable, de lo innombrable, de lo despreciable; en pocas palabras, las obras de estos “antiartistas” padecen generalmente la exclusión de parte de los críticos, a quienes situamos en la segunda vía.



          Desde luego, hay los artistas que juegan teniendo en cuenta las tres vías de tránsito: creación – recreación - destrucción; son ellos quienes producen con bloques o zonas que nos hacen pensar en la primera vez, al mismo tiempo que en esas mismas obras es posible encontrar la variación y hasta la destrucción. Considero, sin embargo, que son más bien raros los que trabajan así, con pistas simultáneas para la acción y consumación de objetos cuya estética proviene de mixturas originadas en la dinámica de lo imprevisto, de lo incontrolable y de todo aquello que recuerda que alguna vez existió la primera vez.


2 comentarios:

  1. Estupendo texto de reflexión. Lamento decir que hoy me queda un poco grande después de la celebración de ayer. Espero que lo pasaras muy bien!!
    No dejes de escribir, siempre sorprendes.
    besos

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  2. Gracias, querida amiga, por tus generosas palabras. Te deseo un estupendo año 2015.

    Un abrazo

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