Filos de montañas en la noche
y la sensación de que todo
desaparecerá.
Desconcierto.
Manchas de
sangre en la mente.
Memoria deslomada.
En los periódicos las muertes
resbalaban por la pertinaz lluvia de cilios verdes.
Figuras rotas: muchas otras desapariciones.
Otro día.
Otra tarde. Otra noche.
Antes o después volvió a surgir la
imagen:
una
serpiente de diamantes
rompiéndose
rompiéndose
rompiéndose.
Ya no más serpiente emplumada
Ni águila
ni lagunas pletóricas de vida.
Fosas clandestinas.
Cuerpos jóvenes
Pudriéndose
Pudriéndose
Pudriéndose…
Uff amigo, qué intenso, lleno de contenido!! No está mal para un sábado..
ResponderEliminarTurbación en este lunes que te leo.
Un beso
Muchas gracias, por tus palabras, querida amiga. Que la semana se te venga con el mar de cosas interesantes y apasionantes.
ResponderEliminarUn abrazo