I
Destrucado
sobre calles
en ires
y venires
sin
flotación
ni
consciencia
y un cielo allá
al otro lado de la lluvia.
Se
quebraba el espejo
de las
palabras y el pensar
en hilos
sueltos
descoloridos
como
la campana de aquellos pantalones
acabados.
Hace tantos
años de esto.
II
Ni cómo
imaginar el suelo de las sombras,
hundidas
en todos esos charcos,
mojándonos
la cara al buscar los números
de la
casa en que estaban esperando al dúo:
dos
guitarras / dos voces / dos cuerpos…
III
Impensable
el último minuto
de la
noche en que regresamos.
Difícil
dejar de olvidar
que a
ese paso nos habíamos perdido
a
nosotros mismos.
La lluvia y la noche
y nosotros
ya sin rumbo
nos abandonamos.
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