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domingo, 20 de julio de 2014

Poesía cuántica






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Escribo poesía cuántica.
“¿Qué cosa es eso?” Cuestionó el periodista ante tus gafas llenas de rebrillos y de imágenes rompiéndose en el marco de carey –esto lo sabes porque lo acabas de mirar en el video en que grabaron la entrevista.
De memoria citaste los versos todavía no publicados y que ayudaban a ejemplificar la idea. Dijiste:
Todo lo que soy
Nació en el siglo XX…
“El primer verso ofrece las líneas de un fantasma –concepto clave para ilustrar la idea de los mundos paralelos invisibles, intangibles; el siguiente verso lleva la cristalización hasta lo evidente: una época, un siglo que acaba de fenecer.” Comentaste. 
Ahora sabes que eso no fue lo que realmente hubieras querido decir. Tampoco estás satisfecho con la manera en que hablaste para el ojo de la cámara, ni mucho menos te agrada escuchar tu voz. Mejor habría sido darles mis pensamientos por escrito. En ellos mi voz no puede ser escuchada.
Continuaste citando el poema inédito:
Todo lo que soy
Dejó de ser en el siglo XX…
“De nuevo, para asegurar la existencia del fantasma, se repite el verso inicial, y el verso que sigue, el que cristaliza, el que clausura las medidas del fantasma, aparece con variación respecto al anterior verso cristalizador. Es una variación marcada en lo verbal antes que en lo sustancial. En esto radica el cuantum, el paquete energético: verso con fantasma y clausura formal en que se evidencia la intención del decir poético. La poesía cuántica se olvida del sentido o del sinsentido atraído sólo y nada más que mediante ritmos. En consecuencia, la poesía que escribo –y que llamo cuántica- consiste en hacer decibles –y tangibles- los límites que suceden entre lo real y lo posible, entre lo irreal y lo imposible…” Después de ver los ojos enormes en que se abrió la mirada del periodista, callaste y te hundiste en el pequeño lago hecho con ruidos y voces, entre las que captaste la voz cantante de Janis Joplin (“Move”), que ambientaba la zona del escenario donde ocurriría la lectura.  
“Desde luego que esto no es una explicación –continuaste diciendo, ya con los labios resecos y con ganas de beber un whisky doble con hielos-, antes bien, es una indicación por donde se puede ir en busca de vivir la poesía cuántica. Es de aquí que el nombre del blog de donde he sacado los textos que leeré esta noche, apuntan en este sentido: al instante como forma portadora de paquetes energéticos de poesía cuántica.”
El periodista sonrió y tú miraste hacia el micrófono que estaba colgando de la solapa de tu chaqueta estilizada en finísimos cuadros azul y verdes.
“¿Podrías decirnos el poema entero?”, pidió el periodista, y tú lo citaste completamente de memoria:

Todo lo que soy
Nació en el siglo XX
Todo lo que soy
Dejó de ser en el siglo XX
Ha muerto todo eso
Todo lo que ha de dejado de ser
Ha muerto en el que ahora soy

1 comentario:

  1. Me ha gustado mucho, creo que cada día escribes mejor. Qué bien, y aunque tarde, siempre te sigo...

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Gracias por asomarte a este blog de instantes

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