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jueves, 28 de febrero de 2013

Más nada que polvo




...todo pasaba

y nada parecía ser cierto.

Lezguievo






A veces hablaba de corazones arrugados
Y desesperaba porque no había alguien que diera cuerda
Al reloj que orientaba en sus horas de insomnio.

Especialmente le torcía no estar a la altura
De las formas relevantes que lo tiraban más allá de cualquier idea
Plena y pesada como el numeral de tantos porcentajes acumulados.

Había una hora, no obstante, en que acariciaba el labio
Suave y lentamente con el paso de la lengua
Mojada en menta.

Aturdido en monólogos de anunciada estulticia
Regresaba al cuarto oscuro de los revelados
Con secretas imágenes que nunca más irían
A colocarse en el ridículo de las competencias
Y de los precios a rebaja,
Que no hacían más que aumentar la furia
Y el tabaleo enfermizo que lo postraban
Agrio y amargo,
Más seco
Y más nada que polvo.



lunes, 25 de febrero de 2013

Horas rotas y a destiempo






El presente es silencio
Perfecto silencio que nos ignora
Con ruidos de ambición punzante.
Adonde sea que giramos la frente
Los ojos se topan con el vacío
De las cosas llenas y de los personajes
De una historia que no será contada.
A lo mucho en un futuro, tal vez,
Alguien imaginará esto
Que se nos está escurriendo
Entre las pestañas.


Será otro instante,
Ajeno instante de nosotros,
Libre de nuestro silencio
Y de nuestras horas
Rotas y a destiempo.



jueves, 21 de febrero de 2013

En el silencio de dos voces






-Me asusta la perfección. Por eso huyo de ella.

-¿Existe la perfección? ¿En verdad existe o es una invención?

-Existe. Es real. Es tan real como una mano o como el cielo mismo.

-Y entonces, ¿por qué te asusta?

-La perfección, cuando la veo y la toco, es tan poderosa que me hace desaparecer. Toda ella 
me tira hasta lo más hondo de las sombras.

-¡Qué difícil debe ser vivir así!

-¿Cómo?

-Así, como tú, asustado por la realidad de una mano.

-En absoluto vivo asustado por la realidad de una mano.

-Pero entonces, ¿por qué te asusta la perfección?

-¿Quieres que volvamos a iniciar?

-Sí. Siempre es agradable iniciar con las cosas que parecen no tener fin.

-¿Te agrada padecer el infinito?

-Para nada. Prefiero, antes bien, lo indefinido.

-Ya veo.

-¿¡Qué!?

-En lo que iremos a acabar…

-Yo también así lo creo. ¡Es tan indefinido todo!

-O tal vez tan perfecto… 





domingo, 17 de febrero de 2013

Hijos de la nada







Deben de estar contentos:

Los proyectos no acabaron siendo.

Esto ha hecho que el macrocéfalo

(((((( En otro tiempo innombrable

Se sacara las gafas de cristal volado

Y con delicados movimientos limpiara

(((((( Seda entre los dedos

Sobre la superficie estrellada que había en el lado izquierdo

Y pensara mientras tanto en desaparecer

Para siempre

Como antes lo hubo hecho su hermana la flautista

Que tocaba mal en horas de avanzada noche.

Nada extraño que el ego

((((((Ensombrecido por la espera

Tirara el esputo a la sombra de los dioses.

Que otra cosa se podía hacer sino volver

A empezar como cualquier otro zombi enloquecido.

((((((A la hora de la verdad todo acababa siendo olvidado

O borrado para siempre de los labios de la arena

Tirado como cualquier hueso de animal a las fosas.

Ya estarán contentos de la fuga que hicieron

El macrocéfalo, su hermana la flautista y el viejo

Idiota que se paseaba calvo en los corredores del edificio

En que vivíamos los hijos de la nada.



jueves, 14 de febrero de 2013

PALEOGRAFÍAS







Grito
                                                                   Del otro lado una grieta
                                                                         Una     RISA

NO hay palabras
Solo gestos que se dibujan en la cara

EMOCIONES

ACTORES DE SIEMPRE

El papel es
HACER GESTOS QUE DIBUJAN


-¡Pero que bien te ves!
-¡Oh, gracias, cariño!


Allá está el cielo
Abierto a todas las miradas.
Allá está una nube negra
Espesa como bruna cabellera
En almohada de satén azul.




“¿Alguien supo de la existencia de Lesguievo Znahda? Bueno, pues ahora está muerto”


-¿De dónde vienes?
-Voy.
-¿A dónde vas?
-Te lo diría. Pero prefiero no hacerlo.





El mandatario de uno de los estados más perjudicados por el ciclón Sandy, e icono republicano, no ha dudado en elogiar al presidente demócrata Barack Obama y en acallar a quienes lo critican por ello, esto a sólo días de las elecciones.
1 NOVIEMBRE 2012 - 4:58PM — EFE



Tallar de dientes en la misma carne. El televisor chilla, y después de varios tragos de café frío, aparecen otros actores.





D E S C O N O C I M I E N T O  Y  

S U E Ñ O

S U E Ñ O 

miércoles, 13 de febrero de 2013

Tan próximo









Me enfrasca el tímpano escuchar los versos de Gerardo Deniz:

Y ante el foro negro de la bahía

Son como punto fino de algodón tejiendo todo eso

y su círculo de

      constelaciones obedientes

 que luego se convierte en lo más cercano.

cuánto rumor en una vasta ausencia

Tan cercano que se ve imposible lograr el croquis de toda forma

en que se vació su sangre.

de palmeras (y está

el sitio opaco de la ravenala),

Quién iba a decirlo o a creerlo.

el vaivén y su gemido en el cuero acre

Tanto tiempo alejándome de mí mismo y ahora, precisamente ahora,

de barcas sin

luces, una larga retórica en pilas y estrídulos

he puesto lo más adentro de este instante.

-las cosas incesantes

                         al pie de la ventana. No lloverá esta

       vez,

Pero es así como todo llega y sale tan de repente.

Tan / que ya no hay modo de retenerlo


                        ni de echarlo lejos.



sábado, 9 de febrero de 2013

El que nunca seré siempre










(((((a veces como un arrabal
se me nace en el alma…








Dicen

O me han dicho que

Cuando bebo me convierto

En risa de nada

O en monstruosa risa sin día.



Dicen que camino pateando sombras

Y que llevo un montón de silencios

Como piedras que caen y golpean

En los secretos de la noche.


Dicen

O me han dicho que

Cuando bebo se me borra

El rostro de todas las horas.


Dicen que me llenan los ojos

Crepusculares odios sin cuerpo

Sin nadie para desbaratarlos o para

Guardarlos para otra tarde.



Dicen

O me han dicho que

Cuando bebo me convierto

En otro.

Es tal vez cierto todo esto.



Es tal vez así que nunca soy el mismo

El que nunca seré siempre para todos.





viernes, 8 de febrero de 2013

Nadie adentro de casa





Quería probar la existencia del Ave Fénix.
Quería descubrir cómo sería
Estar sin nadie al otro lado de la puerta.

Fue un juego el borrar nombres
Cambiar horarios
Salir sin las obligadas formas de identidad.

Fue un juego.
Después toda la infelicidad estaba en la piel.
 

Después ya no hubo nadie adentro de casa
Nadie que le recordara esto y aquello otro.




sábado, 2 de febrero de 2013

A la intemperie











El otro Krishna interrogó: “¿Qué ocurriría si te quitan el nombre que has llevado por tantos años? ¿Qué harías en un lugar donde ni un sonido de palabra identificas ni mucho menos entiendes, y donde nadie se fija en ti, donde llegas a experimentar la más absoluta indiferencia de todos los que pasan a tu lado?”

            Fue así que se te vino la imagen del otro Krisha interrogándote mientras mirabas en el televisor esa película en que aparecía Bob Dylan con una tejana gris y vaqueros y un bigote delicadamente estilizado.

Escuchaste el blues que sonaba en torno a los diálogos de la mujer (Jessica Lange) y el otro personaje de nombre desconocido para ti; pero no seguiste el hilo de la conversación que se ofrecía violenta o en absoluto razonable.

El blues, las palabras del otro Krishna y el desasosiego fueron como los engranajes de una máquina trituradora. Apretaste los ojos para evitar lo inevitable: la angustia de estar entre acordes de blues y palabras de personajes gritando o murmurando, y sombras en interiores que desaparecían –pocas veces- en un tiempo de mañana gris.

Alguien te había hecho creer que todo eso que estaba ocurriendo ante tus ojos estaba siendo fabricado con sucias lámparas que simulaban ser la luz del sol.

“Era un día sin día”, concluiste.

Te levantaste del sofá y dejaste el televisor con la película actuando para las fotografías y los cuadros que colgaban en la pared. En la cocina destapaste una botella de cerveza y saliste al jardín a beber y a fumar, a pensar y a ignorar las preguntas que había hecho el otro Krishna.

El temblor de los árboles y la quietud de los muros te hablaban del tiempo sin tiempo. Y luego escuchaste el paso de los coches que sucedía allá en la avenida. Bebiste un trago. Fumaste. Escapó enseguida el humo y tus ojos se fueron hasta el cielo. Allá también te hablaron de la ilusión del vivir y del morir. El temblor de los dedos al acercar el cigarrillo hizo que sintieras el remolino que había empezado a raspar adentro de los párpados.

Diste otro trago a la cerveza y escuchaste: “Ser como una piedra. Invisible entre otras piedras. No ser rama ni hoja ni tronco ni nada que lleve inevitablemente a la muerte. Ser polvo, aire, agua. O mejor; no ser, no estar, no…”

Regresaste al sofá y la película continuaba. Estaba Dylan tocando con otros tres músicos. Luego aparecieron varios soldados corriendo con sus armas preparadas para disparar a las afueras de un edificio, adentro de una ciudad moderna.

La mujer (Jessica Lange) entró a una sala de grabación. Traía un cigarrillo encendido. Los otros personajes no mostraron interés en ella. Continuaron manipulando los botones de la sofisticada máquinaria con la que iluminaban y modulaban los planos en que daban realidad dramática al escenario en que estaban Bob Dylan y los otros músicos interpretando un blues.

“Todo eso está presentado como en un sueño”, dijiste. Y entonces te dieron ganas de dormir. Cerraste los ojos y no quisiste saber más nada de lo que iba sucediendo en la película.

No pudiste dormir. Las preguntas del otro Krishna volvieron a sonar adentro de la cabeza.



Artes apocalípticas

no merecimos un mundo mejor el color de la sangre en los ríos o mejor los ríos de sangre la peste cadaverina en las calles estornudos en ser...