Buscar este blog

jueves, 31 de enero de 2013

A veces es mejor dejarlo









Uno se va haciendo hilachas

O polvo en los cajones de la historia.

Uno se queda enloquecido por los siglos de los siglos

Que aún están por venir.


Uno es como un verbo raspando o incinerándose

En múltiples sustantivos. Mientras por otro lado,

El cuerpo de los días y de las noches se desparrama

Y se rompe en explosiones breves.


Se divide otro momento

Y otro instante hasta quedar sumido

En susurros, en variados juegos

Que acaban como en eso.


Pensándolo mejor, uno va acoplándose

A los vacíos de verdad.

Son vacíos como de un cristal que se hunde y hace

Que todo lo podrido desaparezca,

A veces.


Hablaría de siempre.

Pero siempre es como hacer siempre lo mismo.

Aterra el mismo inicio que acaba con los gestos de siempre.

Por eso a veces es mejor dejarlo en las corrientes del aire

Sin polvo y sin luz,

Sin uno que cuente los grados de la temperatura

Y todo eso que mata lo mejor de uno.







lunes, 28 de enero de 2013

Mujer - mariposa






NO SI NO SI 

                                      NO SI NO SI NO


AIRE DETENIDO. COLOR Y SILENCIO


) ) ) 
      ( ( ( ( ( 

Esa mujer parece una mariposa.

Con brazos de bailarina extiende

el abanico de su falda de colores.

Es una quieta mariposa que atisba

las uñas de los pies.


AIRE DETENIDO. COLOR Y SILENCIO
.

No provoca sombras ni reflejos la figura.

Se mantiene en toda su esbeltez

la bailarina que parece una mariposa.

Parece estar dormida.

El rostro, coronado con una espesa cabellera bruna,

lo dirige hacia el ala de la falda.

Al fondo está el mar del eterno movimiento.

Pero es un mar que ha sido detenido

para no amedrentar a la mariposa.

Las piernas de la mujer no muestran cansancio.

Las rodillas están escondidas

bajo el abanico de la falda.

NO SI NO SI 

                                      NO SI NO SI NO



Es una mariposa fascinante

detenida en el cuerpo de una mujer.




viernes, 25 de enero de 2013

Acontecimiento inevitable











Cuerpo intangible que se desplaza en las ventanillas que existen en la vida.
Energía que es materia.
Lo informe generando formas que se deforman.
Degeneración,
                            ataxia,
                                              vapores tóxicos.

Los hilos de los hilos que otra araña teje
como el dios que en otros hombres tejió la formidable vida.

Otra razón para que la palabra fluya
en el reflujo de la lengua. Permanente movimiento reciclando
la nada eterna.
                              ¿La nada eterna?
                                         La vida.
                             La informe vida que se va provocando
                                          en palingenesias  desencarnadas.
    
Acontecimiento inevitable:

                                              la muerte.



miércoles, 23 de enero de 2013

Dijeron los muertos









Débiles insaciables

                             Frágiles enfermizos

                                                       Vulnerables

                                                        Irascibles


Como una pintura nos iremos borrando


Dicen / dijeron los muertos:

“Tírese la llave

Rómpase la cerradura

Tumben todas las puertas

Dejen libre el humor y la risa".


¿A dónde hemos llegado

Hasta dónde nos llevará

Lo incierto

Lo amargo y triste?


Como una pintura nos iremos borrando


Dicen / dijeron los muertos:

“Se acabó la tierra de los cantos

El cielo se ha ido

Al sueño de los pájaros

Se ha quedado todo

En lluvia de ruidos".



                               Vulnerables insaciables

                                                 Débiles irascibles

                                                                         Frágiles

                                                                       Enfermizos


Dijeron los muertos:

Como una pintura nos iremos borrando





sábado, 19 de enero de 2013

Ajeno a todos los instantes












A veces era más piedra que agua, más línea que punto.

¿A dónde ir así, con ese fardo arrastrándose en la sombra?

La tentación entonces, tan cerca, lo hacía caer en diminutas gotas.

Lo increíble estaba en eso mismo, de la gota y el golpe de piedras,

De la celda en que los ojos aborrecían hasta el ventanuco,

El ácido por donde el cielo se diluía en las pestañas.

La tentación, el deseo de borrarse en lodos la cara, tirarse al océano,

Llenarse la boca de puntos y chorrear brumas

De lo que habían sido deseos, tentaciones de la carne.


Parar en el lugar menos pensado:

Obscuridad plena, aturdante.

Resbalar o desbaratarse en lodazales.

Pero sin llanto, sin burdos escupitajos 

Ni gemidos que hicieran creer en lo que era mejor

Dejarlo irse hasta el olvido.

Sólo así, solo en el olvido, el agua volvería a ser lo más suave de la vida,

La piedra, aspereza y dureza de ser en lo más cierto de los días,

Y los puntos y las líneas y todo el fardo de la sombra, todo,

Se recuperaría ajeno al reloj de todos los instantes.





miércoles, 16 de enero de 2013

De un lado a otro









De un lado a otro, la caída fracturaba el límite.

Podía caer en el lado que buscaba,

y podía creer que lo había encontrado.

Así estaría, pensando y creyendo que estaba allí.

O bien, se divertía cambiando el acento a las palabras.

Hacía de las graves, esdrújulas, o agudas;

de las agudas, esdrújulas. Y luego ya no estaba seguro

de nada.

                                        
                                                            ¡Dénada!

                                                                    ¿De nadá?


Era divertido acabar con la lengua llena de hiatos.

Podridá de faltas, 

y sínembargo llena, enterá 

en horrisonós y cacofónias 

desde luego. 

Luego desdé- ese ínstante:


Era seguro que vendrían locas pinturas,

sueños mudos, y besaría labios

con la misma facilidad en que desbaratan 

nubes los montes.



Y otra vez de nuevo,

a encontrarse buscando

en todos lados.

                                           Entodós

                                                        El cieló

                                                                       Al adó.





sábado, 12 de enero de 2013

Un día sin ventanas
















Había sido un día sin ventanas para huir con la mirada. Ni para respirar a todo pulmón. Detrás, en Grand Avenue, la fila de carros era grande, y delante, había no más de ocho coches.

Estábamos detenidos por el rojo del semáforo. Eran casi las seis de la tarde. Era viernes y la tarde estaba lívida bajo un cielo agonizante que asomaba sobre el elevado freeway de la 35. Estaba en el ensueño del cansancio, con la mirada perdida en el parabrisas y oyendo música del radio.

Como ocurre en la vida cruda, delante de mis ojos vi una silueta adentro del coche que levantaba el brazo derecho y que lo doblaba lentamente. Como sin creer lo que miraban mis ojos, reconocí que en la mano de ese brazo había una pistola, ¿un revólver?, y entonces, ahora sí con la realidad adentro de mis oídos, la detonación ocurrió.

Hubo un grito, y otro grito, y varias puertas de varios carros fueron abiertas, y varios de sus ocupantes fueron hacia donde había ocurrido el disparo.

Para ese entonces, el semáforo se había puesto en verde.

Dos o tres coches de adelante avanzaron y dejaron el lugar para dirigirse a tomar la 35. Algunos conductores, los de muy atrás, al ver que no avanzaban los carros, comenzaron a tocar el cláxon. 

Un pandemonium se hizo entonces.

No sabía qué hacer o qué no hacer. Estaba anodadado por lo que mis ojos habían visto. Aún resonaba en mis oídos el disparo de la pistola, ¿el revólver? Los gritos habían cesado pero no el desmadramiento de la fila de autos, y los claxon que no dejaban de aturdir, y los pasajeros que regresaban corriendo a los coches.

Nervioso, apreté el pedal del acelerador y avancé esquivando, lentamente, los otros vehículos y los cuerpos de los curiosos que aún quedaban alrededor del carro en que había una mujer… agonizando o… definitivamente... muerta?






jueves, 10 de enero de 2013

De la complicación








Deshecho el círculo, inútil era continuar buscando el centro.

El sonido sale y entra; viaja más lento que la luz.
Mientras tanto, todo quieto en el silencio.
La mirada, el ser que se expande para otros ojos.
Invisible el centro, el círculo, la mirada.
Complicar la regla no por casualidad, no por accidente.
En silencio, no dudar de la existencia de los extraños pensamientos.
Son seres que van y vienen a la luz de las estrellas. 
La complicación es inútil y más compleja de lo estrictamente necesario.
 Una fuga de Max Reger, un lujo de sobrecargas arbitrarias y gratuitas, una profusión de falsos problemas, un embrollo provocado por el fraude y agravado por el malentendido. 
Y después de todo esto, reventar con Diamanda Galás.
Bajo una sombra y atadas las manos con el lazo humano de la complicación.  



Artes apocalípticas

no merecimos un mundo mejor el color de la sangre en los ríos o mejor los ríos de sangre la peste cadaverina en las calles estornudos en ser...