1
Tal vez así fue tu pesadilla, Munch:
Por otra parte, en el cuerpo de las horas se oye algo como un
resuello, o como un gemido.
Es casi el grito mudo que pintaste.
Supongo.
Otros dirían otra cosa, que podría ser -viéndolo y palpándolo con la
mirada- la mueca última del ser que desapareció por la voluntad de
un asesino.
Pero para quien no ve ni oye nada
sobre esto de lo que se ha estado hablando
en este instante,
apenas si se preocupa de saber más que la oruga
con quien había charlado Alicia en otra historia.
2
Otro que no es Munch,
al poco tiempo se detiene a observar lo que yace a sus pies.
¿Qué mira?
¿Qué dice que palpan sus ojos?
Como a la una y cuarto de la madrugada, yendo a pie por la calle
principal de esta villa maicera, encontré al diablo metido en una
lata de cerveza. Siendo yo tan tímido y cobarde, se me hizo fácil
patear lo que yo creí sería un colchón tirado. Pero luego, tan
luego como todos los luegos que desatan tempestades, escapó un
escalofriante grito que me desbarató la calma y todo lo que iba
de callado en mí existencia.
Lo que siguió ya no supe si fue por obra de la cerveza o por obra
del desmadejamiento en que mis ojos cayeron:
El colchón se había convertido en algo absolutamente
indescriptible.
En pocas palabras, lo que vi me llenó de terror.
Y entonces corrí, corrí con toda la fuerza de mi miedo.
3
En un lugar de la noche se habló de apariciones, de asesinos sin
alma y de un diablo cervecero. Después ya no se habló más. Se
llenó de silencio el cuerpo de las horas. Y una mano, muy diferente
de las manos que veo cuando acomodo los libros que Nicanor tira
con su pata juguetona, se hizo presente::::::::::::::::
Era la mano de una pesadilla
envuelta en sábanas.
(((Para evitar confusiones, debo aclarar que las imágenes fotográficas
que acompañan y dan vida a esta micronovela,
pertenecen al talento de Eduardo Arrona)))
Qué total me parece ese diablillo en una cerveza!! la cervez a veces es el diablo, me encanta. Este verano estuve en el mujseo Munch en Bergen, hay estudios del grito, maravillosa obra que nos hace reflexionar. El pobre Munch tuvo lo suyo...Bien traído para este escrito.
ResponderEliminarBesos
Gracias querida Miette. Algún día, tal vez, estaré mirando y admirando en directo las pinturas de los pintores que tanto aprecio, entre ellos, efectivamente, Munch.
ResponderEliminarPor ahora sólo me queda estar tocando en la cuerda ideal de la imaginación, haciendo breves historias que me llevan como en un sueño a recorrer otros mundos.
Un abrazo