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viernes, 27 de septiembre de 2013

Entre telones


Para los sonámbulos
que viven atrapando sombras


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Era normal que Equis Lado hablara de lo que habían dicho otros. Era normal desde que en los libros –ciertos libros- se hablaba de lo que habían escrito y pensado pocos. Equis Lado sabía que así ocurría el movimiento de lo intangible. Pura imaginación llevada al paroxismo. Pendular ocurrencia que flotaba e iba de lo real visible (((legible))) hasta lo irreal imaginable. O a la inversa, también: ir de lo real imaginable hasta lo irreal visible (((tiempo y espacio alucinados / entrevistos))) Y si no, allí estaba y continuaría existiendo el palimpsesto como recurso conceptual para asegurar exégesis y creaciones  de diverso calibre.

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Pero acá en el escenario, donde los zapatos del director de orquesta hacen un perfecto contraste; tanto en definiciones de oscuridad y brillo como de equilibrio y desequilibrio al límite, afirmaríamos que el decir y el intepretar se pronuncian de otra manera. Y si abandonamos los zapatos del director a la imaginación del que tiembla y teme la posible torcedura -o también caída ante el silencio de los músicos, tan concentrados en su mundo -, bien podemos casi escuchar la sentencia del dedo que apunta hacia un rumbo más bien desconocido, al mismo tiempo que nos convertimos en la mirada de todos ellos –músicos visibles de la orquesta- que se apartan del pensamiento de las palabras y transmigran hasta el más allá de lo audible y de lo inesperado en consecuencia.


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Una micronovela podría ser todo esto, saturada de malentendidos y maldiciones por lo bajo. O también una frase oculta entre los pliegues y repliegues de lo que busca ser expresado. Pero es también o quiere ser también el preámbulo de una obra casi onírica.

Poesía de lo casi real / poesía de lo casi irreal.
Lo incierto, entonces, como verdad porosa.
La noche como poema absoluto / como historia guardada en abismos.


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Equis Lado habría dicho algo distinto, aunque creyera todo lo contrario, que había expuesto exactamente la idea del otro, el pensamiento del otro. Obsesión insana la suya, por descubrirse en las fuentes de los ríos subterráneos de la verdad, cuando lo cierto es que todo venía quedando en los renglones de la mímesis.
Esoterismo arreglado, disfrazado, escribiría alguien distante de esos círculos herméticos.
Kitsch ad hoc, pensaría el que introdujo a Equis Lado en esta mircronovela, y subrayaría todo un párrafo, el cual iría a parar a la zona de los comentarios anotados, con grandes palabras en mayúscula y concepciones oscuras. Cuanto más oscuras las ideadas concepciones, mejor para el gusto del gremio al que pertenecía Equis Lado.

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¿Y el director de la orquesta? Sin sombra. Como un auténtico fantasma a punto de echarse al viento.


By Eduardo Arrona

4 comentarios:

  1. Difícil papel le has otorgado al Sr. Equis-Lado y por supuesto el director de orquesta sin sombra otro problema onìrico. Me gusta como escribes.

    un abrazo

    fus

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  2. Gracias, estimado Fus. A veces así se presentan las figuras en el relato: poética del misterioso azar.

    Un abrazo

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  3. Cómo se nota que eres lingüista!! admiro tu constancia y la calidad de tus escritos..maravilla constante.
    Un abrazo entre letras

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  4. Querida Miette, gracias por tus palabras. En mi caso, sinceramente, escribir es una necesidad. He aquí el por qué de mi constancia. Y en cuanto a ser lingüista, en realidad no me asumo como tal.

    Un abrazo

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