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lunes, 28 de mayo de 2012

Entre las piernas









Del cielo al infierno,
Apenas un tono, un ritmo
De palabras y de manos
Un canto entero,
Una sílaba un olvido,
En fin,
Todo eso que no se queda.

Toda la noche
Toda
Abierta  tú  al fuego de las manos
Temblando hasta caer
Cansada toda tú,
Llena del silencio tibio
En los párpados
En la nuca las sienes
El ombligo 
Los pechos.


Entre las piernas:
El incienso de la llama
El otro día la otra luz
El aliento fresco
La otra orilla
El hueco de la espera.

A veces, memoria de gozo,
Cuando el cuerpo duele,
A veces,
Y suena, otra vez, 
El paseo de los labios, 
Húmedos en la espalda,
El roce de las sábanas,
Fresco apenas, 
Un instante.







viernes, 25 de mayo de 2012

Sed-es









Hoy no he matado una sola mosca, a pesar de que he visto varias volando; incluso hubo una que se detuvo en el redondel de la taza en que he estado bebiendo el té desde hace una hora, y no hice más que verla con admiración. Se quitó la sed, rascó un poco en la punta de su cara y voló como cualquier mosca.

Ayer habría reaccionado diferente. Habría tomado la taza y habría perseguido a la mosca para vaciarle, al vuelo, todo el té. 

Hoy no.

Precisamente hoy, como a eso de las 7:35 de la mañana, me nació la sensación de estar en el día único. Es por esto que, al ver la mosca que bebía en la tibia estilación que mis labios habían dejado en el redondel de la taza, comprendí muchas cosas que antes sólo habrían sido palabras dispuestas en un orden de superficial gramática. Fue una sensación que poseía la semántica de la caosmosis 


En ese preciso instante supe que la mosca, como yo en la redondez de la tierra, vivíamos para beber hasta lo imposible, con la sed de todo lo que está vivo. 







martes, 22 de mayo de 2012

Etcétera












La ejecución de las poderosas máquinas estaba a la altura de los dioses de otro tiempo.

Podía ser borrado el cuerpo de los atrevidos pensamientos, con sólo oprimir una tecla.

Podía desaparecer la comunicación de la estética en incontables sitios.


(((Excluir la libertad de tocar  /


 Incluir todo el odio en la desaparición del otro)))


La historia podía ser adulterada y preñada con las sombras del desprecio, con el rencor de tanto ideólogo, 

con ... 

(((piénsalo tú, grítalo tú…



El horror al vacío era apenas el recuerdo 

de un mito tirado en los basureros 

de la opulencia.




Mientras tanto, mientras tanto, mientras tanto:

No invocar a los muertos

No cerrar los ojos

No decir la hora en que se perdió el sueño.

Y luego:

Palpar

Flotar 

Acariciar todo el cuerpo



Y / O

¿Divididos otra vez por el asco? 

((( Tanta propiedad privada /

Tanto control de marcas )))

¿Tirados como datos junto a tantas cosas?

¿Reciclables?

Malestar / ¿mal estar? 

Maldecir / ¿mal decir?


Etcétera.















sábado, 19 de mayo de 2012

La duda












Una palabra buscaba. Un lugar donde colocar todas sus pesadillas. Con esa palabra elevaría los muros hasta más no poder. Con esa palabra haría las llaves y las cerraduras. Ni una pesadilla podría escapar del lugar de la palabra. No obstante, la duda vino, después de muchos años de búsqueda incansable, a aumentar las ansias que inundaban al hombre en horas crepusculares.



¿Y si las pesadillas continúan después de haber cerrado la última puerta de la última cerradura en que deposité todos mis esfuerzos en la palabra buscada? Pensó el hombre.







miércoles, 16 de mayo de 2012

A la deriva






A la memoria de Carlos Fuentes







Hay noches en que nunca llega el sueño.
El mundo es un susurro, una sensación de pérdida,
un hueco enorme por el que todo se olvida,
por el que todo cae y se desbarata hasta la nada.












Potros salvajes que fueron
calles abajo 
hasta el lago de piedras y destellos.
En la tarde y luego en la noche,
como un idioma de frío vientre
a punto de imitar el nacimiento 
de otras bestias, 
cayó el cuerpo de todas las voces
en tramos de opalescente silencio,
roto a base de berridos,
mientras los potros,
a golpes galopantes desparecieron:
para siempre.
Desaparecieron: 
para siempre.











Una imagen bajo el agua
Nació:
Un corazón de piedras
Nació:
Una sombra 
Que se movía hasta el cielo 
Con nubes blancas.









De oriente a occidente la mirada va y viene.
Entre líneas se ve algo que podría no ser.
                                            Lo que se ve: intermitente.
La figura cobra dimensiones que se pierden
sobre una avalancha de recuerdos.
                                            Rememoraciones, 
podría ser el término en que mejor se dilatan
                                         los fondos en que las figuras 
                                             se elevan.
Un sabor amargo queda, 
al final de cada destello,
y la sensación de pérdida es también 
la clave en que se resuelve el cúmulo de todo aquello 
que apareció,
entre líneas, 
del otro lado del ventanal amplio 
de colores efímeros
                                                por el que la mirada va y viene, 
                                                de oriente a occidente.












Un trozo de pluma
En cielo flota… 
Va:
Un cielo de pluma
En trozo de agua está…
Ya:
Van todos en cielo de pluma:
Los potros
El cielo
Un corazón de piedras
De agua de piedra van
Van 
Van 
En trozo de pluma
Hasta las nubes blancas.















domingo, 13 de mayo de 2012

Ad...EntrO











No había flores en la jarra.

En el piso un papel doblado

Que decía:

“Devolver los libros a la biblioteca,

renovar el carnet del videoclub,

y si tienes tiempo,

comprar otras flores para alegrar la cena”.




viernes, 11 de mayo de 2012

Última nota






Estaba con los audífonos puestos y los ojos cerrados ante el ordenador. Estaba escuchando  música de Mauricio Kagel cuando dos hombres entraron por la puerta trasera del jardín. Hacía poco que había caído la tarde en la garganta de los dioses. Hora propicia en que el artista meditaba y se preparaba para las siguientes horas de creación. 


Nada sabía, desde luego, de lo que estaba ocurriendo atrás de su cabeza.  Allí estaban los dos hombres en el estudio. Ambos jóvenes. Ambos con fuertes deseos de hacer algo único e irrepetible.  Uno de ellos tenía un revólver y el otro un cuchillo de hoja ancha, negruzca, como de carnicero. Ambos sonreían. Ambos esperaban el instante; el instante último en que el poeta dejaría de escuchar la última nota de Mauricio Kagel.




miércoles, 9 de mayo de 2012

Ausencia






Nunca avisaba cuándo se iba,

y tampoco cuándo regresaba.

A papá lo recuerdo siempre de viaje.

Por él aprendí cómo es la ausencia.









domingo, 6 de mayo de 2012

Anonadado



Con magia el mundo-texto estaba multiplicándose. Una serie de símbolos marcados en la fluorescencia azulosa o amarillenta, a veces rojiza, en la superficie del texto electrónico, podía dar entrada a lo inesperado. O también podía no ser más que el ingreso de las ornaturas frágiles e insípidas que descolocaban lo sustancial y lo hacían desaparecer, como cualquier bagatela en los agujeros negros del cerebro de Alguien. No obstante, el riesgo estaba allí, en esa serie de símbolos que prometían ser fuerzas o energías alimentadoras para el cuerpo sináptico, o para colmar el intertexto ostensible, extendiéndolo indefinidamente por medio de quehaceres heurísticos.








Abandonarse Alguien a vivir 


durante madrugadas enteras 


en la aparición y desaparición de los paisajes 


de todo tipo, 


abandonarse a padecer los desajustes 


en que ocurren los virtuales encadenamientos 


del hipertexto, 


derrumbarse hasta conseguir los hastíos 


que habrán de producir los vértigos de la búsqueda 


subjetiva, 


enfermar de babelismo y anomia mística, 


llorar por el hallazgo inesperado de la humosa hebra 


al sol de las siete treinta de  la mañana, 


reír porque el cuerpo proyecta sombra 


que lo lleva hasta el extravío, 


reconocer el poro abierto a la aguja 


de otro día, 


ofrecer la cara al espejo y olvidar Alguien 


cuándo fue la última vez que oyó 


Bachiana Brasileira No. 5, 


silbar  Alguien el inicio de esa belleza 


y acabar silbando otra cosa…







Así, hasta no saber la hora ni el día, hasta hundir las manos en la inutilidad y el desafío de vivir sin pena ni gloria. 


Olvidar Alguien el número telefónico de casa, 


olvidar la fecha de nacimiento, 


olvidar el nombre, su origen, 


olvidar el rumbo de regreso, 


perderse en el más absoluto olvido. 


Callar Alguien porque ha olvidado la palabra. 


No decir nada porque nada hay que decir. 


Olvidar. Perderse. Callar. 


Y después... 


untarse en la cauda del pájaro de fuego 


y caer Alguien como ceniza 


en los abismos de la noche sin fin.




((((Buenos días. Buenas noches. Cómo le va…









Regresar Alguien corriendo a beber el oxígeno 


de los mares virtuales 


para continuar conectado al mundo 


de los artefactos y de lo evanescente. 


Ver llover y no mojarse. 


Caer desde lo más alto de una cima 


y en el instante último despertar. 


Abrir Alguien las carpetas electrónicas 


y hacer sonar la maquinaria de los deberes cotidianos. 


Y entre todo eso, 


de vez en vez asomar el ojo 


en las páginas de los libros electrónicos, 


leer minicuentos, 


breves ensayos 


o poemas que hagan temblar los dedos…



            


y llorar


llorar 


anonadado por tanta belleza


por tanta música


por tanta magia en el mundo.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Teselas







))))

bajo un cielo púrpura

un campo lejos

entreteniéndonos

en contar

olas y estrellas

lejos

cerca mar abierto 

en la noche

))))

otro día yéndonos

otro día

regresando bajo  otro cielo

ya no contando

ni  entreteniéndonos lejos

de nosotros mismos cayendo

junto a otras piedras en la noche.


))))

los árboles en la calle

sueñan

se mueven y hacen

más verde el fondo

en que las ventanas

en que los vidrios tiemblan

en que la tarde se cierra

con el bostezo de las puertas

en la noche













))))


inevitable caer

aturdidos en la noche

inevitable esconder la cara

en la espesura de los párpados

cerca

y lejos

en la espesura del silencio





Artes apocalípticas

no merecimos un mundo mejor el color de la sangre en los ríos o mejor los ríos de sangre la peste cadaverina en las calles estornudos en ser...