en la calle de la noche
dejaste la orilla que fue tu paso
hacia delante
fue tu paso de una ruta
hacia otra parte
del otro lado
bajo otro cielo
en el horizonte de quienes
se afanaban por conseguir la dicha
del oro y la plata
el código y la muchacha
encantadora
tu dejaste caer la ilusión
en los sumideros
de los días
por cuyas rejillas se podía constatar el hambre
y la rabia de multitud de ratas
viejas y gordas
mientras tanto
había que pelar una manzana
había que quitarle el finísimo filo
a la cáscara o de lo contrario
te cortarías la encía y vendría la inmersión
en la sombra de ese instante
para detenerte a descansar
en la calle de esa noche
Precioso poema, algo solitario y melancólico... seguro que ella todavía está por la calle... la música, genial!!! Un abrazo!
ResponderEliminari-La que canta con Lobos: Gracias por tu comentario. Música y melancolía, y una noche enorme para perderse con todos los sueños del mundo.
ResponderEliminarAbrazos