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jueves, 8 de diciembre de 2011

Con la música en la piel



con la música en la piel de la noche, mecido por las manchas que se fueron haciendo junto al recuerdo de tus palabras en el cuerpo,
con todo el cuerpo de tus palabras para oírte con mis dedos,
con las yemas de mis dedos en el suave filo desbordado por tus labios,

(((hasta el último hilo de día escucharé la respiración de tu página abierta, llena de ese tibio olor que en la madrugada sabe a luna
y a silencio de cálidas sombras)))


con la música en la piel de la noche, pusiste a cantar tus pechos de flores negras,
una trompeta,
un piano,
una voz azulosa
fueron abriendo paso a las palabras de mis manos,
fueron haciendo que tus labios también tocaran el silencio de la madera oscura,
el metal del latón rendido al juego de los dedos,


con la música en la piel de la noche, tus ojos fueron dos puertas abiertas al murmureo de la lluvia
y del viento bajo que atravesó la caída de las nubes,
tonos blancos y negros bajo ese cielo bruno fue el crepitar de tu corazón en mi boca,
tonos encarnados fueron los besos que amanecieron en mi cielo,


con la música en la piel de la noche, fue muriendo otra madrugada en la suavidad de tu página
abierta a mis labios y
a mi lengua encantada por la música.



3 comentarios:

  1. Muero y vivo con tus palabras y sobretodo con Villa-Lobos, bravo, bravo... a veces es como si me conocieras!!! Un abrazo

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  2. i-La que canta con Lobos: gracias por tu muerte y resurrección en que pones mis palabras como causa tal. La belleza de la vida y del arte sucede cuando hay esa emoción que expresamos así, en ese "como si me conocieras" que nos hace experimentar la palabra del poeta.

    Abrazos

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  3. Te estoy leyendo más despacio ahora mismo, porque estos últimos días han sido de locura (¡odio corregir papeles!). Me encanta esta entrada, Bocanegra. Muy, muy sensible.
    Un abrazo.

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