Ya que la muerte ronda
soberana a tiempo
con el puñal de horas pinchando
en las pupilas junto a los que van
despiertos y caminan flojos
por los días...
Ya que esta forma o formas
de la ausencia escapa al ojo
y cae en el paso frío
de un instante que revienta
como en olas de desastre
sobre el rostro de una niña...
Ya que no hay noche
ni mañana para abandonar
el cansancio que ha dejado
tanto sueño,
tanto insomnio enfebrecido,
tanto creer en lo imposible…
Entonces, sólo entonces,
la razón se vuelve polvo
y surgen otras formas
para otros ojos que a la muerte
ignoran.
Muy bueno y muy bonita reflexión, si señor
ResponderEliminarGracias Daniel. Siempre tan gentil.
ResponderEliminarSaludos
Precioso. Consigues transmitir tantas cosas imposibles de explicar, es decir, que me dejas sin palabras. Un abrazo y un suspiro :)
ResponderEliminarGracias i-La que canta con Lobos. El poema estaba en ti; nada más lo has recuperado en tu lectura.
ResponderEliminarAbrazos